8 de febrero de 2005.- Las empresas siguen considerando atractivo invertir en economías emergentes en busca de oportunidades de negocio, contratos internacionales o ahorro de costes a través del “outsourcing”. La decisión de entrar en estos mercados, sin embargo, no debe guiarse sólo por criterios económicos, ya que los riesgos políticos son impredecibles y determinantes para el éxito de una operación de inversión.

Aon Trade Credit ha presentado la versión correspondiente a 2005 del mapa que realiza anualmente, en el que se analizan los riesgos políticos y económicos de más de 200 países. El estudio de Aon identifica los principales riesgos cambiarios, económicos y políticos de las empresas en el mercado internacional y está basado en el análisis de las primas en mercados de seguros de riesgo político. Las pérdidas que estos riesgos han generado a compañías extranjeras e inversores los han convertido en un factor clave para la toma de decisiones empresariales.

Este año el mapa incorpora una nueva sección : el Índice del Riesgo de la Cadena de Suministro que mide la vulnerabilidad de una empresa frente a ciertas amenazas (económicas, apertura comercial, violencia política, guerra, terrorismo, infraestructuras, inconvertibilidad de la divisa y epidemias) que puedan afectar a su cadena de suministro global. La reducción de costes en un mundo cada vez más competitivo ha supuesto un gran incremento de empresas que deciden externalizar sus procesos de negocio en países como India, Brasil, Filipinas o Rusia, que son política y económicamente inestables. De hecho, de acuerdo con este índice, de más de la mitad del billón de dólares de bienes y servicios que Estados Unidos importó de 50 países en 2.004, cerca de 312.000 millones están en riesgo como consecuencia de la inestabilidad política y económica.  Atendiendo a esta nueva necesidad, Aon ha confeccionado una novedosa Póliza de Riesgo Político específicamente diseñada para este tipo de riesgos.

RESULTADOS

Los resultados del estudio realizado por Aon ofrecen ciertos cambios con respecto a la situación de 2004. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los avances positivos llevados a cabo por algunos países en cuanto a su situación política no tienen un reflejo inmediato en su calificación de riesgo, ya que se necesita un tiempo para que el mercado asegurador pueda apreciarlos de forma efectiva.

Así, a pesar de la reciente elección de Viktor Yuschenko, Ucrania sigue teniendo la misma calificación de alto riesgo para este año. También Libia mantiene un riesgo medio-alto, a pesar de su acercamiento a Occidente. Asimismo, el apoyo del gobierno de Reino Unido a ciertas zonas de África no se ha traducido todavía en una disminución de su calificación general de alto riesgo. 

• China sigue siendo uno de los objetivos principales de los inversores y la economía que muestra un mayor crecimiento. No obstante, este interés no ha reducido de forma apreciable los significativos riesgos políticos endémicos de esta región.
• Como estaba previsto, la permanente actividad terrorista en Medio Oriente sigue suponiendo un alto riesgo para los inversores extranjeros. Arabia Saudí es uno de los países que ha subido posiciones en el ranking de riesgo, debido al aumento de ataques terroristas contra extranjeros. La situación de los países del Medio Oriente sigue siendo preocupante, principalmente en Irak, donde la situación general es bastante pesimista.
• La República Dominicana y Haití son otros de los países que han empeorado su calificación de riesgo con respecto a 2004.
• Argentina ha alcanzado cierta estabilidad, debido a la reestructuración de la deuda soberana.
• Los países de Europa central y del este, como Bulgaria y Rumanía, han reducido asimismo su nivel de riesgo ante su próxima incorporación a la Unión Europea en 2007.
• En el sudeste asiático, a pesar de los devastadores efectos del tsunami, el perfil de riesgo político no se ha visto afectado negativamente.