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LA MAYORÍA DE LAS EMPRESAS NO SE PROTEGE SUFICIENTEMENTE FRENTE A LOS RIESGOS MEDIOAMBIENTALES
Aon advierte de la importancia de estos riesgos, que afectan a empresas de todos los sectores

28 de febrero de 2005.- Los riesgos medioambientales pueden convertirse en uno de los principales enemigos del balance de las empresas, según afirma Aon Limited.    Además, los directores ejecutivos y no ejecutivos de las empresas pueden llegar a ser objeto de multas, desprestigio e incluso penas de prisión por no haber indicado convenientemente las posibles responsabilidades medioambientales en las que pudieran incurrir sus compañías.

Bob Martin, Director de la división de consultoría y soluciones medioambientales de Aon Limited, afirma que “hasta el momento, las multas que se han dado a conocer públicamente han sido relativamente pocas y por ello existe una falsa sensación de seguridad. Aunque las sanciones no sean elevadas, los costes derivados de la subsanación de los daños y de las responsabilidades frente a terceros afectan normalmente de forma directa a los resultados de la empresa”.

Las normas legales y contables que cada vez con mayor fuerza se están imponiendo, de forma más exigente en Estados Unidos, han convertido esta cuestión en uno de los puntos principales de la agenda de los directivos. Si bien los directores ejecutivos y no ejecutivos están cada vez más presionados por los accionistas, el gobierno y otros grupos empresariales para conocer de forma precisa los riesgos a los que pueden estar expuestos y las responsabilidades en las que podrían incurrir, algunas pólizas de Responsabilidad Civil de Administradores y Directivos (D&O) excluyen expresamente las cuestiones medioambientales, directa o indirectamente.

CONSECUENCIAS IMPREVISTAS

“Las empresas no pueden seguir ignorando este tema”, indica Marcel Steward, miembro también de la división de consultoría y soluciones medioambientales de Aon Limited. “Existen numerosos mitos sobre la responsabilidad derivada de riesgos medioambientales, como el que éstos sólo afectan a ciertos sectores, como el petroquímico, el industrial o el farmacéutico. La realidad nos demuestra que empresas de cualquier sector pueden tener que hacer frente a obligaciones imprevistas. Así, basta con que se demuestre que algún bien se ha visto afectado por la polución para que pase rápidamente de ser un bien tangible a un valor negativo del balance.”

Bob Martin añade que “los costes de recuperación y limpieza pueden superar con creces el valor de mercado de un lugar concreto. Hemos tenido la experiencia de un accidente en el que un solo litro de producto químico ha supuesto unos costes de recuperación de daños de 16 millones de libras esterlinas.”   

ESPAÑA

En España existe un nivel creciente de concienciación sobre estos riesgos y la contaminación no está completamente excluida de las pólizas. La contaminación "accidental, súbita y repentina" está cubierta de forma habitual, si bien el alcance que cada compañía da a esta cobertura puede ser variable.

En las pólizas de Responsabilidad Civil de Administradores y Directivos (D&O) es frecuente que se contrate además una cobertura parcial por daños medioambientales ("extensión  de contaminación") que, dependiendo de la compañía aseguradora, puede llegar a cubrir los gastos de defensa frente a este tipo de reclamaciones, las indemnizaciones derivadas de la acción social de responsabilidad o los perjuicios patrimoniales puros que se reclamen.

La contaminación “gradual” o progresiva también puede ser cubierta a través de pólizas específicas, ofrecidas fundamentalmente por el pool español de riesgos medioambientales, si bien algunas compañías están comenzando a lanzar sus propios productos para cubrir este tipo de riesgos.

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